martes, 13 de enero de 2009

Por fin, el Océano Índico

Llega con retraso, pero no ha habido tiempo antes debido a mi viaje por la India :S Del 19 al 21 de diciembre, Luis, Carla, Eduardo y el menda volvieron a hacer el intento -en mi caso el 4º- de bañarme en este país maldito. Entre playas llenas de aceites de barcos y el dichoso monzón que no nos abandonará hasta marzo, no había habido forma. Así que, montamos en la buseta -de lux, of course- rumbo a Lumut, la ciudad desde la que coger el ferry rumbo a Pulau Pangkor, una de las islas con playas más bellas de toda Malasia.

Cuando, tras casi 4 horas de viaje, llegábamos finalmente a puerto, Carla se dió cuenta de que el chico que estaba sentado a nuestro lado se había dejado la cartera al bajarse en la parada anterior :S A saber cómo lo encontrábamos ahora. Se bajó toda la gente del bus y nosotros detrás para buscar un 'objetos perdidos' en la estación de Lumut donde dejar la cartera. No existe objetos perdidos, qué raro... ¬_¬ Rebuscamos en la cartera, y encontramos una tarjeta de móvil con un nº: milagro! Llamamos, hablamos con el torpajo en cuestión, y quedamos en que se pase por la estación de Lumut a recogerla. ¿Todo en orden? ^_^ Por supuesto que no! A los 5 minutos nos llama, que está en la estación de buses y ahí no estamos O_O Pero si no estamos en la estación de buses de Lumut... ¿entonces dónde coño estamos?. Atacamos a una taquillera y nos dice que nos hemos bajado en el pueblo anterior, que Lumut está a 15 km. Yo no daba crédito xDDDDD Le dije: "Pero si el bus llegaba hasta Lumut!", a lo que obviamente respondió con una sonrisa: "Y llega, pero vosotros os habéis bajado antes" O_O Pero eso no es lo mejor de todo... Lo mejor es que el conductor -que debió sospechar nuestra lamentable maniobra- nos preguntó que a dónde íbamos -suponemos que para decirnos que eso no era Lumut-, pero nosotros creímos que era el típico taxista plasssta que intentaba captarnos así que le ignoramos y ni le respondimos xDDDDDDDDD Total, que a coger un taxi que nos llevase a nuestro pueblo. Cuando finalmente nos encontramos con el chaval de la cartera y su padre -que era el que hablaba inglés- no podían creer que nos hubiésemos bajado en el pueblo que no era xDDDDD Se ofrecieron a llevarnos a nuestro hotel, pero la verdad es que estaba al lado de la estación -ésa era la idea al cogerlo-, así que les dimos las gracias y luego nos fuimos a cenar y a la camita, que al día siguiente había que coger el ferry a 1ª hora.

Llegados a la isla, nos cogimos una furgoneta para llegar al hostal. Resulta que todas las furgonetas de transporte son rosas y conducen como locos por las carreteras de la isla, así que te da la sensación de que estás en un parque de atracciones ;) El hostal lo teníamos al lado de Coral Bay, que según todas las guías era la playa más bella de la isla. Y a fé que lo era...

La impresionante Coral Bay
Las aguas eran cálidas. No eran cristalinas, o azul turquesa... pero la verdad es que la playa era espectacular, y como no íbamos a hacer submarinismo, a mí el color del mar me importaba 3 pimientos ;) Aquello era una gozada!!! Estar en el mar viendo ese entorno a tu alrededor... Priceless! ^_^ Y entonces fue cuando vi a gente en la isla.

Mi isla
Todos con chaleco salvavidas, todos haciendo el mongo, y en lanchas motoras que los llevaban y traían a la isla. Pero a mí esa isla no me parecía que estuviese tan lejos... Es más, me parecía que estaba cerca. Y como los malayos no es que sean grandes nadadores, seguro que por eso les llevaban en barca. ¿Pero para qué nado yo 1 horita en la piscina de casa si luego no puedo ni llegar a esa isla?. Así que comuniqué a la tropa que yo me iba nadando a la isla, y que de lo malo malo, si llegaba sin aire y no podía volver -porque claro, había que llegar nadando pero también volver nadando- que me montaba en una de las lanchas ^_^ Yo estaba convencido de llegar, pero lo único que me preocupaban eran las lanchas y las motos de agua, porque después de tantos años viendo "Los Vigilantes de la Playa" acabas como psicotizado con accidentes en el mar... ¬_¬ Así que decidí modificar mi técnica de nado, y chapotear un montón con los pies para que me viese cualquier embarcación que se acercase a mí, además de parar cada 5 minutos para mirar a mi alrededor a ver si se me venía algo encima... En fin, no es que fuese un nado que disfrutase con tantas cosas presionándome, ¡pero alcancé la isla! :D Se suponía que la gente iba allí a hacer snorkle, pero todo lo que había eran ex-arrecifes de coral muerto, y 4 pececillos microscópicos que no valían pa ná!. Surgí de las aguas entre todos los malayos -que me ignoraron ampliamente-, me dí un paseo por la isla, y nadé de vuelta a la playa a descansar. No se tardaban más que 10 minutos en llegar a esa isla, no había ningún drama...

El resto del día nos lo pasamos chapoteando, tostándonos al sol y comiendo en el único garito que había en la playa. Un día de paz + relax... ^_^ Además, conocimos a Helene, una noruega que está trabajando en Vietnam para una ONG y que estaba por Malasia de vacaciones ella sola, así que se nos unió el resto del fin de semana: alguien más con quien charlar, intercambiar impresiones y practicar el pitinglish ;)

Luis, Carla, Helene & moi, en la foto movida sacada por Lalo
El domingo fue un día todavía más relajado, al menos hasta que fuimos a por el ferry. Después de retostarnos por todas partes y disfrutar una vez más de las cálidas aguas, nos tocó correr a por el ferry para llegar al bus. Ahí pudimos vivir -y sufrir- una vez más la "mentalidad malaya". No entienden el concepto de la prisa porque a ellos tooodo les da igual ¬_¬ El cansino de la furgoneta rosa no quería dejarnos bajar de la buseta hasta que no hubiese aparcado: parados en medio de un atasco de furgonetas, dejando pasar motoristas, camionetas, buscando un hueco... Yo dije: "Pero qué estamos haciendo!!! Vamos a saltar!". Le tiramos el dinero al asiento del copiloto, abrimos la puerta y saltamos con las maletas para sprintar hacia el ferry. Ferry en el que viví otra "experiencia clásicamente malaya". Salí a cubierta a disfrutar de la brisa, y no me había dado tiempo a apoyarme en la barandilla cuando un malayo ya me estaba preguntando: "¿De dónde eres?". La verdad que cuando te encuentras a uno simpático, te puedes estar hablando con él durante horas ^_^

1 comentario:

  1. Que playa más chula. Seguro que al final de la beca te has hecho completamente al pasotismo malayo...

    ResponderEliminar